Recomendaciones Literarias : Rebelión en la granja por George Orwell


Rebelión en la granja es una novela satírica del escritor británico George Orwell, publicada en 1945. La novela fue escrita durante la Segunda Guerra Mundial y, aunque publicada en 1945, no comenzó a ser conocida por el público hasta finales de los años 1950.


Además, la obra constituye un análisis de la corrupción que puede surgir tras toda adquisición de poder, en cualquier nivel. Así, el texto posee un posible doble nivel de interpretación, por lo que su mensaje puede trascender el caso particular del régimen soviético. Por esta razón el libro ha sido utilizado a menudo como herramienta educativa incluso en los primeros años de la escolaridad de algunos países. Está considerada una de las más demoledoras fábulas acerca de la condición humana.




Eric Arthur Blair (1903-1950), más conocido por el pseudónimo de George Orwell, fue un escritor y periodista británico, cuya obra lleva la marca de las experiencias personales vividas por el autor en tres etapas de su vida: su posición en contra del imperialismo británico que lo llevó al compromiso como representante de las fuerzas del orden colonial en Birmania durante su juventud; a favor del socialismo democrático, después de haber observado y sufrido las condiciones de vida de las clases sociales de los trabajadores de Londres y París; y en contra de los totalitarismos nazi y estalinista tras su participación en la guerra civil española. 



Argumento

Los animales de la Granja Solariega, alentados un día por el Viejo Mayor, un cerdo que antes de morir les explicó a todos sus ideas, llevan a cabo una revolución en la que consiguen expulsar al granjero Howard Jones y crear sus propias reglas (los Siete Mandamientos), que escriben en una pared:

Todo lo que camina sobre dos pies es un enemigo.
Todo lo que camina sobre cuatro patas, nade, o tenga alas, es amigo.
Ningún animal usará ropa.
Ningún animal dormirá en una cama.
Ningún animal beberá alcohol.
Ningún animal matará a otro animal.
Todos los animales son iguales.



Al principio, la granja, (que pasa a llamarse Granja Animal) es más próspera incluso cuando el señor Jones la administraba. Los cerdos se erigen como líderes por su inteligencia. Dos de ellos, Snowball y Napoleón, los máximos dirigentes, empiezan a tener discrepancias que acaban cuando Napoleón lanza a los perros contra Snowball y este huye de la granja.

A partir de ese momento Napoleón se erige como único líder. Los cerdos se constituyen como una élite dentro de la granja, y los demás animales se mantienen bajo la dictadura de Napoleón, amenazados por los perros de este. Poco a poco los cerdos adoptan los defectos propios del hombre, que en su día sustentaron la revolución. A lo largo de la novela, se efectúan ciertos cambios en los Siete Mandamientos que legitiman las acciones de Napoleón y los cerdos:

Ningún animal dormirá en una cama con sábanas
Ningún animal beberá alcohol en exceso
Ningún animal matará a otro animal sin motivo
Sucesivamente, todos los Siete Mandamientos van desapareciendo por orden de Napoleón, y con la complicidad de los demás cerdos.




Finalmente, los cerdos modifican también sus conductas, empiezan a usar las ropas abandonadas por el señor Jones y aprenden a caminar solo sobre sus patas traseras (modificando para ello el primero de los Siete Mandamientos). Después de que un ataque llevado a cabo por los humanos fuese repelido por los perros, los granjeros de los campos vecinos deciden mantener relaciones amistosas con los animales de la Granja Animal, felicitando a Napoleón por el éxito económico de la granja: los animales, dirigidos por Napoleón, trabajan en larguísimas jornadas, alcanzan elevados niveles de productividad, se contentan con raciones minúsculas de comida y jamás se quejan ante los cerdos. Halagado, Napoleón y los cerdos invitan a los humanos a almorzar en la Granja Animal; los animales de allí, sorprendidos, advierten que sus compañeros cerdos han copiado totalmente la conducta y aspecto de los humanos.

Al final de la novela, la dictadura de Napoleón y sus seguidores se consagra de modo absoluto cuando los animales preguntan al burro Benjamín (uno de los pocos que sabe leer) sobre cuál es el único mandamiento que queda escrito. Este es el séptimo, convenientemente modificado por los cerdos:

Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros.


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