Grandes maestros de la ciencia ficción : Arthur C. Clarke ( Vida y frases )

 



Arthur Charles Clarke ( 1917-2008 ), más conocido como Arthur C. Clarke, fue un escritor y científico británico. Autor de obras de divulgación científica y de ciencia ficción, como la novela 2001: Una odisea del espacio, El centinela o Cita con Rama y coguionista de la película 2001: Una odisea del espacio.




Nació en Minehead, Somerset. Ya de pequeño mostró su fascinación por la astronomía, con un telescopio casero. Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió en la Royal Air Force (Real Fuerza Aérea) como especialista en radares, involucrándose en el desarrollo de un sistema de defensa por radar. En 1945 concluida la guerra, publicó su artículo técnico Extra-terrestrial Relays en la revista especializada Wireless World, en el cual sentó las bases de los satélites artificiales en órbita geoestacionaria (llamada, en su honor, órbita Clarke).



En ese período estudió matemáticas y física en el prestigioso King's College de Londres, estudios que finalizó con honores.
Su fama mundial se consolidó con sus intervenciones en la televisión: en la década de 1960, como comentarista de la CBS de las misiones Apolo; y en la década de 1980, merced a un par de series de televisión que realizó.

Desde 1956 y hasta su fallecimiento vivió en la isla de Sri Lanka, (antigua Ceilán), en parte por su interés por la fotografía y la exploración submarina, en parte debido a su fascinación por la cultura india.



Se le otorgó el título de caballero de la Orden del Imperio Británico en 1998. También en su honor se puso su nombre a un asteroide, 4923 y a una especie de dinosaurio descubierto en Inverloch (Australia).
Clarke falleció en 2008 en Colombo (capital de Sri Lanka), debido a un paro cardiorrespiratorio.
Comenzó a escribir ciencia ficción al finalizar la guerra. Su primer cuento publicado fue Partida de Rescate, que apareció en el número de mayo de 1946 de Astounding y que le sirvió como punto de partida de una fructífera carrera. Entre sus primeros relatos destaca El centinela (The Sentinel), que sirvió de base para su novela 2001: Una odisea espacial (1968) y para la película del mismo nombre del director Stanley Kubrick.



Muchos de sus relatos iniciales giran alrededor de una trama científica, a la que gustaba de adornar con un final sorprendente.
En cuanto a sus temas, giran en torno a dos ideas fundamentales: optimismo por los beneficios del progreso científico (por lo que destacó en una época de cierto desaliento tras el lanzamiento de las bombas atómicas), y el encuentro con especies y culturas superiores (siempre en un tono muy paternalista).




Frases de Arthur C. Clarke


"La única posibilidad de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos, hacia lo imposible".

“La nueva era espacial (y la nueva era de cualquier cosa) tiene que pasar por una inevitable revolución energética”.

“Leer los manuales de un ordenador sin el hardware es tan frustrante como la lectura de manuales de sexo sin el software”.

“Estoy seguro de que el universo está lleno de vida inteligente. Simplemente ha sido demasiado inteligente como para venir aquí”.

“En el futuro, un viaje de ida y vuelta al espacio costará 9 euros”.

“Existen dos posibilidades: que estemos solos en el universo o que no lo estemos. Ambas son igual de terroríficas”.




Leyes de Clarke


Primera ley de Clarke: “Cuando un científico distinguido pero de edad avanzada afirma que algo es posible, casi con toda seguridad está en lo cierto. Cuando afirma que algo es imposible, muy probablemente se equivoca”.

Segunda ley de Clarke: “La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de dichos límites, en lo imposible”.

Tercera ley de Clarke: “Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”.




"Cualquier profesor que pueda ser sustituido por una máquina, debería ser sustituido por una máquina".

"La magia es solo ciencia que no entendemos aún".

"Qué inapropiado llamar Tierra a este planeta, cuando es evidente que debería llamarse Océano".

"Si hemos aprendido algo en la historia de la invención y el descubrimiento es que, a largo plazo (y a menudo en el corto), las más atrevidas profecías parecen irrisoriamente conservadoras".

"Los microprocesadores se están metiendo en todo. En un futuro cercano no habrá ningún accesorio -salvo una escoba, acaso- que no tenga un procesador dentro".

"Esta es la primera época que ha prestado mucha atención al futuro, lo cual no deja de ser irónico, ya que tal vez no tengamos ninguno".


"Cuando un científico prestigioso pero anciano afirma que algo es imposible, lo más probable es que esté equivocado".


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