Pierre de Ronsard ( Poeta )

 


Pierre de Ronsard (1524 – 1585) fue un escritor y poeta francés del siglo XVI, conocido como «el príncipe de los poetas y poeta de los príncipes». Se consideró uno de los miembros más representativos del grupo poético del Renacimineto francés La Pléyade junto también al poeta Joachim du Bellayo.

Su poesía tuvo influencia de Petrarca, del platonismo y del formalismo clásico con su vitalismo humanista. De sus múltiples obras, figuran como destacadas: Odas (1550), Amores (1552), Himnos (1555-56), La franciada (1572) y Sonetos para Helena (1578).



A su amada


Mi pequeña palomita,

mi pequeña, toda linda,

perlita mía, besadme:

con la boca toda llena

de amor, quitadme la pena

de mi amoroso cuidado.



Cuando yo os diga: niña mía

acercaos, necesito

nueve besos a la vez,

dadme solamente tres,

como los que Diana guerrera

le. dio a Febo su hermano

y la Aurora a su viejo...

Luego, retirad la boca,

y lejos, toda esquivez,

huid con pie bullicioso.



Como un toro por el prado

corre detrás de su amada,

así yo, lleno de ira,

correré, loco, tras vos,

y sujeta con fuerte mano

os retendré, de igual modo

que un águila al tembloroso pichón.

Entonces, fingiéndoos ruborosa

de darme los otros besos,

iniciaréis vos el gesto.



Pero en vano estaréis colgada

de mi cuello, esperando

(los ojos un poco bajos)

perdón de mi pecho herido.

Pues en lugar de seis he de pediros

más besos que estrellas nunca

tuviera el cielo; más que arena

se acumula en la orilla

arrastrada por el agua

cuando airada se estrella contra las rocas.



El ramo que os envío...



Fue para vos para quien yo, Señora,

cortó al rosal las flores que os envío;

no hacerlo así y el vendaval o el frío

las agostaran antes de la aurora.



Ejemplo os dan, que si lucís ágora

de impar beldad mirífico atavío,

pensad también que el tiempo ciego, impío

todo lo va royendo hora tras hora.



Pasan, fugan, esfúmense los días;

lo que hoy somos será muerta ventura

del incierto mañana en las umbrías.



de mi rendido amor no estáis segura?

Pasan las horas, fúganse vacías...

Por qué no darme en flor vuestra hermosura?




Envío de las flores



Hoy te envío estas flores que mi mano

acaba de cortar recién abiertas,

que de no recogerlas hoy temprano

las habría encontrado el alba yertas.



Ellas recuerdan el destino humano,

porque tus gracias y bellezas ciertas

se agostarán en día no lejano

y estarán, pronto, como flores, muertas.



Se va el tiempo, mi amiga... mas no es cierto:

somos nosotros, !ay! , los que nos vamos.

Ni de ti ni de mí quedará huella.



Y cuando tú estés muerta y yo esté muerto,

nada habrá de este amor de que hoy hablo

ámame, entonces, mientras eres bella.





Madrigal



¡Que se rompa el espejo en que se mira

llenándose de orgullo tu hermosura!

Cuando me vuelvas a mirar con ira

ya no es tan bella, oh niña, tu figura.



¡Cuánto hace que por ti mi alma suspira!

¿Y mi anhelo, mi fe, mi pasión pura

no lograrán que a quien por ti delira

te muestres algún día menos dura?



¿Crees que durará tu primavera?

¡Pasará! Pasará cual languidece

en el jardín efímera la rosa.



¡No volverá la juventud ligera!

Coge ávida el placer que ella te ofrece

y sin amar no mueras, niña hermosa.





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